1

Symphonia Harmoniae (Hildegard von Bingen, s. XII, Canto gregoriano)

Extractos seleccionados: “Columba aspexit”, “Ave, generosa”, “O Euchari”, “O viridissima virga”.

En tiempos de un feminismo exacerbado, cuesta entender que una figura como Hildegard von Bingen no esté más reivindicada. Esta polifacética abadesa alemana del siglo XII destacó en campos como la medicina, la música y la literatura. Su colección de 77 canciones litúrgicas, Symphonia harmoniae, recoge antífonas, responsorios, secuencias e himnos.

2

Greensleeves (Traditional, S. XVII, Canción tradicional)

Cuenta la leyenda que fue compuesta por el rey Enrique VIII para su, aún amante, Ana Bolena. Sea como fuere, se trata de una de las más bellas melodías compuestas siempre.

3

Missa Papae Marcelli (Giovanni Pierluigi da Palestrina, 1562, Canto polifónico)

Extractos seleccionados: “Kyrie”.

Siguiendo las recomendaciones de sencillez del Concilio de Trento, Palestrina desarrolla esta misa, su más celebrada y conocida Missa Pape Marcelli, con gran sutileza y constancia. Se trata de una misa de seis voces, pero las combinaciones de voces varían a lo largo de la pieza.

4

Spem in alium (Thomas Tallis, 1570, Canto polifónico)

Posiblemente escrito para el cuadragésimo cumpleaños de la reina Isabel, Spem in Alium es la obra más importante de la música coral inglesa. Combina pasajes polifónicos con voces al unísono.

5

Missa Pange lingua (Josquin Desprez, 1514-1515, Canto polifónico)

Extractos seleccionados: “Kyrie”.

Basada en un himno popular usado para las Vísperas de Corpus Christi (Pange Lingua Gloriosi de Thomas Aquinas) es una de las últimas y más conocidas misas de Josquin Desprez. Josquin trata el material original de una manera muy libre, distribuyéndolo entre las diferentes voces con gran sensibilidad.

6

Canzon primi toni a otto voci (Giovanni Gabrieli, 1597, Música policoral)

Máximo representante, junto con su tío Andrea, del policoralismo veneciano, Giovanni Gabrieli ejerció como organista de la basílica de San Marcos desde 1585. Y fueron precisamente las particularidades arquitectónicas de esta basílica las que dieron origen al estilo policoral. Fruto de la asincronía entre los sonidos a raíz de la distancia entre los coros de la basílica, los compositores comenzaron a escribir música antifonal. Posteriormente, el policoralismo fue reemplazado en Venecia por el estilo más ecléctico y expresivo de Monteverdi.